viernes, 3 de octubre de 2008

Manuel se ganaba la vida como actor en una compañía de teatro de segunda. Había cumplido recientemente los 31, y por primera vez en su vida se había planteado: '¿Qué necesidad tendré yo de la aprobación de esta gente?'. Sucedió después de una función en la que el público había sido especialmente desagradecido.

'Ellos necesitan los dramas. Yo no los necesito a ellos'.

Otros, a su edad, habían acabado suicidándose, como Marcos; o encontraron la muerte en carretera, de gira, como Sonia. Ingresaron en siquiátricos, como Antonio y su amigo invisible; y también en centros de desintoxicación, como Miguel, diez años enganchado a la heroína, diez años de robos, y engaños.
Manuel, a sus 31 recién cumplidos, había vuelto a nacer.


Escrito por Julio de la Rosa en su blog.

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