Tal vez fue la locura la que me impulsó a viajar. Puede que fuera la locura. Yo decía que había sido la cultura. Claro que la cultura a veces es la locura, o comprende la locura. Tal vez fue el desamor el que me impulsó a viajar. Tal vez fue un amor excesivo y desbordante. Tal vez fue la locura.
Mi amiga dice que la vida y el Monopoli, son lo mismo. Un día normal, entra en una panadería y compra una barra de pan y busca en su cartera, dinero para pagarla. Entonces, se ve a ella misma, desde muy arriba, -a vista de pájaro- Descubre que el dinero es de juguete y ella un muñeco más, rodeada de miles de muñecos. Y se ríe.
No tengo tiempo de describir mis planes.Debería decir muchas cosas sobre "Las horas" y mi descubrimiento;cómo excavo hermosas grutas detrás de mis personajes; creo que eso plasma exactamente lo que quiero; humanidad, humor, hondura. La idea es que las grutas conecten entre sí, y cada una sale a la luz del día en el momento presente.
-Virginia Woolf- agosto 1923
" La vida y el mundo son el sueño de un dios ebrio, que escapa silencioso del banquete divino y se va a dormir a una estrella solitaria, ignorando que crea cuanto sueña... Y las imágenes de ese sueño se presentan, ahora con una abigarrada extravagancia, ahora armoniosas y razonables... La Ilíada, Platón, la batalla de Maratón, la Venus de Médicis, el Munster de Estrasburgo, la Revolución Francesa, Hegel, los barcos de vapor, son pensamientos desprendidos de ese largo sueño. Pero un día el dios despertará frotándose los ojos adormilados y sonreirá, y nuestro mundo se hundirá en la nada sin haber existido jamás. "
Conduciendo, los dedos de mis manos bailan alrededor del volante. Lejos dejo unas pocas cosas sin resolver. Solo quiero sentir el viento y no soltar el pie del acelerador. Mis ojos ven mucho mejor mientras me alejo. La carretera es larga y oscurece. Enciendo las luces y subo la música. Respiro tranquila. Largarse no es de cobardes. Es mucha carretera.
No es suficiente no poderte mirar hondo, Ni basta con los dedos señalarte la risa. No es nada olerte el pelo, Ver tu danza, Escucharte la voz Ponerla en cinta. Retratarme para darte la foto.
Un día tendré una casa. Colgare este cuadro en la pared.
Los libros estarán por el suelo, un suelo de madera pura. Mi gato conocerá la tierra, la hierva y a los ratones. Habrá una mesa grande para cenar con los amigos. Escribiré cosas delante de un ventanal y veré la noche. No tendré prisa. Jugare a desnudar y me fumare un cigarro. Habrá un sillón donde dormirme. Una cocina repleta de cacerolas colgando. Tendré más canas. Y me reiré.
" Normal. Todo es perfectamente normal. Como que llueva en otoño. Como que haga frío en invierno. como que te repita una comida a base de rábanos, ajo y pimientos. Cuando salgo a la calle, recuerdo que, atraídos por la luminosidad de mi sonrisa, se me acercan vendedores de lotería, harekrishnas, mormones, palomas, perros abandonados, moscas heridas, hojas muertas y, finalmente, un mendigo. Le doy un billete de mil y lo abrazo, incrédulo todavía, y, para no dejarme arrastrar por el optimismo que me ha producido la visita al médico, vuelvo a mirar la pantalla líquida del teléfono portátil, a ver si tengo cobertura. Aunque la tengo, llamo igualmente a casa para saber cómo está la niña, interrogo a la canguro y me cuesta creer que no haya ninguna novedad, que mi hija se lo haya comido todo. («¿Todo, todo?», insisto) y que ahora duerma como dicen que duermen los niños. Y, después de colgar, me doy cuenta de que necesito ese lastre de responsabilidad, esa ancla de preocupación para no soltarme del todo, para no ponerme a volar, como si no quisiera admitir que –pese a los nubarrones que, entre dos rascacielos, se aproximan– vale la pena vivir, cantar en la ducha, ayudar a abrir la puerta del ascensor a una mujer que regresa del supermercado cargada de bolsas, olernos los dedos antes y después de, dar conversación a los taxistas, entrar en una tienda y probarnos ropa que no podemos pagar, y escribir, aunque sea en una novela que se muere, aunque sea en una lengua moribunda. "
No sabes lo hondo que es lo vasto que es viajar serpentino entre los rayos de una bicicleta robada al vecino Así aparece el primer tema rodando por las arboledas una buena mañana el primer tema que es el tema del miedo del miedo a caerse al suelo del miedo a las cosas a las que tenemos que acercarnos para verlas de cerca del miedo a lo que repta como si caminara miedo a perder el habla miedo a perderlo todo que es el miedo a morir que no es lo mismo que el miedo a la muerte
Scrivo per non perdere il viziodi dire le cose.Scrivo nel tentativo di lasciareuna traccia.Scrivo per paura che i pensierimi passino di mente.Passeggio con la penna su questofoglio bianco e lo lordo di idee.Ci gioco, lo uso, mi faccio sedurre,usare, tentare.Con la penna dico tutto, non mento,non ho pudore.Dove la lingua esita e si ferma,la mano scorre fluida e leggera.Scrivo per guardarmi dentro.Scrivo per fermare il tempo.Scrivo per suscitare sentimenti e peresprimere i miei.Scrivo per dare un senso al silenzio.Il cielo bluil mare blul’inchiostro blu.
" Invadido de voluptuosidad y de una suerte de terror sagrado, el muchacho contempló la flor injertada entre los senos y mecida por un oleaje poderoso, y la textura granulada de la piel aquí y allá perlada de brillantes gotitas, y percibió mezclado a su perfume el emocionante olor de sus axilas, un olor amargo y vegetal que le llegaba desde oscuras selvas y que él aspiró profundamente para acumular en sus pulmones algo de ella en la atmósfera corrupta, algo precioso, consciente de una floja pero dulcísima erección. "
Cuando una ya se sabe casi todo empieza a caminar muy lentamente Pero luego sucede de repente que pisas una trampa de la armada. Cuando uno ya de vuelta, casi nada te estremece o te impide detenerte ya te las sabes todas Todas... Menos una