Ayer por la noche de camino a casa, una mujer que apenas conozco, me deseo un feliz año y me lo racionalizo, luego con una tímida sonrisa se acerco me dio dos besos y se fue. Seguí caminando mucho más ligera y pensé: ¡Bienvenido un nuevo año! lleno de personas ligeras y amables.
domingo, 3 de enero de 2010
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