Que difícil ser niño y que ternura me producen ellos dos frente a la frialdad de su entorno. De una sutileza impecable, descubro lentamente que la historia no es una más de vampiros, aunque sienta una debilidad por los no muertos y a defenderlos. Aquí el miedo esta presente en la soledad de los vivos.
martes, 8 de septiembre de 2009
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